viernes, 28 de noviembre de 2014

Galaxia Fermentos



Soy el comandante de la nave espacial “Nostromo”. Matrícula DVV6444 e itv sideral pasada.  Hace 7 días que fui abandonado a mi suerte en lo más recóndito de alguna galaxia de nombre mítico. (Momento que lo busco aquí en el manual….a ver….si …estoy en Fermentos.  Fermentos que era el mozo de cuadra de Cassandra, la piba esta de Troya que sus oráculos nadie creía. Ya hemos acabado  con todos los mitos de toda cultura antigua y sus personajes principales, secundarios y hasta terciarios para la nomenclatura de las galaxias. Si para bautizar mi localización han  utilizando ya casi atrezzo mitológico imaginad donde estoy; significa que estoy a tomar  por culo). Lo peor es que estamos a jueves sideral y hasta el domingo seguiré en esta ignomiosa soledad llena de carencias.
Sigue lloviendo día tras día. El clima en el espacio sideral está loco. Y es que nos cargamos todo a base de contaminar y tanta nave y satélite..en fin; el progreso. Pero con este tiempo pues las carencias se notan más. Todo el día en la nave que no puedes salir…pues echas de menos ese cariño, compartir la merienda hidrolizada, la gravedad 0 en pareja, a veces eso que confluye todo a favor y acabas dándote un palo…pues esas cosas. No hablas con nadie que no sea el ordenador central, pero es muy maquinal y si la conversación no es técnica pues la verdad, mejor hablas con Alien que no contesta pero mueve el rabo.
El protocolo de ausencia va funcionando y poco a poco me voy rehaciendo. Ya no soy ese comandante abrumado por todo y temeroso continuamente. El ejercicio físico, las tareas rutinarias, unos horarios inflexibles, sexo en internet y “Sideria” la btt (bike top terrain) me han templado ánimos y nervios.
Mi detestable comandante entabla contactos esporádicos interesándose por nave, “Alien” y un poco por mis huesos al final de la sidero-llamada. Todavía no ha accedido a hacer la comunicación desnuda pero no pierdo la esperanza. El espacio sideral es un lugar muy frío, ajeno al ser humano y a sus necesidades. Cualquiera aquejado de mis dolencias sabrá de lo que hablo. Los recuerdos y esos estímulos perniciosos me atacan en cada recodo de la nave. Ropa interior colgada de cerraduras biónicas, botas “Hunter” de dominación británica encima de la cama, zapatos de tacón bajo las baterías atómicas de reminiscencias fetichistas, perfumes embriagadores  pegados a sus trajes anti-gravedad, latas verdes en la nevera (….).Se requiere de una gran fortaleza para superar todos los escollos que afronto en esta ardua tarea que se me ha encomendado.
MI  viaje sideral sigue inexorable hacia el centro de la galaxia. Mi última posición son las coordenadas n-34566/rp 7879’4444 Fermentos 8789’4’’’’444. La oscuridad lo envuelve todo pero al final del trayecto atisbo algo de luz. Una luz brillante y rojiza con un detestable je ne sais qua….

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Protocolo activado



Nave: Nostromo
Lugar: Infinito y más allá.
Status: Aclimatación.
He activado todos los protocolos que conozco del manual y puesto en marcha todos los planes posibles. El fin es estar ocupado continuamente y descartar lo ineficaz poco a poco. Diría que es un orgullo  ser el comandante de la nave y que jamás hubiese pensado que llegaría a estar al mando de algo, pero soy consciente que soy el único humano a bordo.
Mi detestable comandante hace 4 días que falta. He tenido que recurrir a la química y sacar lo mejor de mi tortuosa personalidad para seguir espacio sideral (mola esta palabra) adelante. De momento las lluvias de meteoritos y los campos de asteroides (metafóricamente hablando, meteoriticamente escribiendo) han atenuado su intensidad haciendo el viaje más sosegado. Aún así, sigo sin conciliar el sueño. El espacio esta revuelto y se ha convertido gris y plomizo, húmedo y sideral (no puedo parar de decirlo).
El plan activado no me deja parar aunque no puedo sentarme y concentrarme en algo importante y concreto que tenga planificado. Nada de estudio o de trabajo con motores y centrales….Mis tareas han de ser físicas, activas o improductivas. Es el síndrome de Oslo que está cerca del de Estocolmo según me han contado.
Ya no estoy solo. Las manchas que descubrí hace meses (en tiempo espacio sideral) y que todavía conservo para posteriores análisis, resultaron ser del 2º pasajero llamado 3º pasajero hace unos días y mundialmente y sideralmente (ja!!) conocido como 8º pasajero. Alien, cuya fama no es cierta, parece ser que busca mi compañía e incluso le gusta. A veces compartimos la comida y los paseos espaciales. Lo que no compartimos son las tareas del plan y lejos de eso no para de dejarme más muestras para posteriores análisis.
Como comandante de la nave, tengo tomar muchas e importantes decisiones, entre ellas posponer todo para unas horas antes del ansiado momento del retorno de MªElena comandante sideral (Y van 5). Hoy he parado en una estación de servicio del espacio sideral y me han cambiado el horno de protones, la extracción de gases alfa y la placa plutónica. La puta nave esta me tiene hecho un esclavo!!
Sigo sin tener la nave auxiliar reparada y las raciones de comida se van terminando. Con la comandante todo sería más fácil pero aquí en la soledad el espacio (sideral) la supervivencia es más aburrida, leenta y angustiosa.
Seguiré con el plan previsto. Mierda de ausencia y mierda de muestras y mierda de frio. Quiero dormir ya y quiero que el mando estelar (o debería decir sideral para alcanzar 7) me llame. Tengo muchas carencias de diversas índoles.
El comandante.

Houston tenemos unos problemillas



De nuevo me encuentro  en este estado de soledad y olvido. Soy el arpa de Becquer en el ángulo oscuro. “M” me dejo aquí. Me cubrió de polvo y saltó en su coche negro como el “Bat móvil” para alejarse de nuestro hogar. Eso fue el pasado. Eso fue hace algo más de 30 horas.
Desde mi posición, aquí en el salón, no albergo esperanzas. Son las 2 de la mañana y el sueño no llega en ni siquiera a su primer estadio. Es el momento dónde todo se ralentiza y eterniza. Sigo pensando en cómo sobreviviré estos largos días de ausencia mientras la desesperanza se va apoderando de la mente. Necesito un plan de ausencia. Pero eso será el futuro.
El presente es un agónico tiempo rodeado de silencio y de oscuridad. Estoy en el espacio. Quiero dormirme. Pasa otra estrella. Brilla intensamente. “M” me diría que nombre tiene y a que constelación pertenece. Yo como no tengo sueño digo que se llama liendre y pertenece a la constelación chumino.
El espacio sideral es aburrido y largo. Lo único chulo de todo es “sideral”  qué no se qué significa pero suena Flash Gordon y marciano verde. Ahora sé que se está expandiendo porque a la hora que es si estuviese contrayéndose ya estaría dormido.
Estoy en la estrella Cojín de la constelación sofá. Aquí solía alcanzar ese estado ingrávido que me permitía llegar a la estación espacial C.A.M.A en gravedad 0. Eso era en el pasado. El presente es diferente. No encuentro comunicación. MI órbita ha cambiado de geo-estacionaria a ansio-estacionaria. Estoy solo y perdido en una nave que se mece al son de la probabilidad. Las baterías se agotan poco a poco y en los pasillos mal iluminados veo sombras y escucho ruidos. He encontrado manchas carcomidas y deshechas en alguna cubierta de las que ignoro su procedencia. Parece que fuese un tipo de ácido derramado. Las dejaré para un posible análisis nada de limpiarlas; puede ser importante.
Sigo navegando. Busco no la salvación de la humanidad sino un lugar llamado sueño antes de caer en la locura.  “M” Hace 2 noches que falta. Hace 350 años-luz.