sábado, 3 de noviembre de 2018

Mañolitico




Hoy parecía que seguíamos de Haloween. Cientos de muertos chateantes vagaban de un bar a otro babeando y pidiendo vinos, cervezas y anchoas. Llevaban plumas plateados y arrastraban los pies mientras su mirada perdida buscaba quién sabe qué. Ha sido horrible. No eran disfraces, era real. Es como si hubiese estallado un arma bacteriológica infectando a todo el turisteo del pueblo. No sé, puede que haya caído un meteorito con esporas extraterrestres que se adueñan de la gente, quitándoles la voluntad e inoculándoles un ansia desmedida por las tapas y por sociabilizar entre ellos. Yo llamaba a Colette continuamente porque los pequeños zombies gritaban “Mamá mamá un perrito” y se abalanzaban a tocarla, cogerla, besarla… Estaba angustiado porque igual le pasaban un virus extraterrestre y se hacía adicta a las anchoas o (peor aún) las aceitunas.
He huido. Me he recluido en casa y me he bebido 2 birras. He hecho la cena y he buscado algo que merezca la pena entre los 200 canales que tenemos para acabar no-viendo una peli. El cine esta abducido también por las esporas alienígenas. Espero que Morfeo venga pronto x mí.
Y mientras los muertos tapeantes atacaban Biescas y Colette y yo escapábamos, el móvil no paraba de sonar con mensajitos de “M” corroborando continuamente la ausencia. Que si mural grafiteado, que si bareto de Ikea, que si cañas al atardecer y falleras de camareras….No dejéis que mi soledad sea pausada e íntima.
Es una ausencia de libro dónde todo se confabula contra mí. No me ha dado tiempo de hacer un plan o no he querido porque pensaba que no lo necesitaba. Error! No he encontrado una persona con la que sentarme a tomar algo y hablar de la vida, del día o de la filosofía que encierra la espiral del silencio. Y que coste que lo intenté. Sin compinche porque el temor a los muertos anchoantes me dejó solo (por no hablar de la nevera que tenemos que traer aquí a casa) ni la banda de motivados para mitigar mi soledad ni siquiera el abuelito que iba a bajar a tomar una zarzaparrilla…Soledad.
 Hace no sé cuantos mil años toda esta gente con plumas plateados y barbas tenían el mismo ancestro común según el libro de Myr. No está muy claro si al resto de humanidades se los pulieron o los absorbieron. Yo siendo un neófito en la materia, imagino que se los pulieron. Que estarían los neandertales tan ufanos por Biescas comiendo bayas camino de Sta. Elena (no se llamaría así entonces..) o cazando mamuts por el llano y aparecerían estos Sapiens comiendo pipas un fin de semana. Al siguiente puente (el puente del Dios cornudo por ejemplo) volverían todos con sus abrigos de piel iguales y sus pipas vagando por todos los lados y espantando la caza a los pobres neandertales. Imagino una familia de sapiens gritándole a un neandertal que así no se despelleja un cérvido ancestral o que en Zaragoza (Bilbao, pamplona, Vitoria..) el fuego se hace con pedernales. Llevas años luchando por sobrevivir al clima glaciar, buscándote la vida entre caza y recolecciones, que no se te coma un dientes de sable o que al niño no se lo lleve un ptelodáctilo (no había pero queda bien para la dramatización del asunto) y te invaden unos ajenos arrasando con todo lo que se puede porque es gratis y a gritos espantan la cena. Llegas a la cueva y allí tienes a unos de estos criticando los dibus del chamán y buscando al gran Dios maño. Ellos son más. Se han comprado cuevas para veranear ahora que ya no hace tanto frío, en otoño se llevan todas las setas, hablan mucho y gritan más, se sociabilizan …
Su capacidad craneal es más pequeña y su complexión atlética menor pero han desarrollado sociedades complejas adaptándose mejor al medio. Sacrificaron su singularidad pero ordenadamente todos hacen lo mismo: tapeo, alterne y paseo. De una sociedad que subsiste como cazadores recolectores, han generado una sociedad nueva y más desarrollada; tapeante y ahorradora que optimiza el medio al mínimo gasto. Resumiendo: la sociedad moñaquista sapiens comienza a poblar la zona fines de semana y fiestas. No tienen media ostia pero son muchos. Primero, esquilman todo al grito del monte no es de nadie. Luego no quedan cuevas libres para los autóctonos dónde refugiarse cuando el invierno es más crudo y tienes que esconderte de los depredadores. Ellos tienen siempre frio así que cuando vienen arrasan el bosque para calentarse. Los territorios de caza y recolección se van perdiendo y cada vez es más difícil sobrevivir. De aparearse entre especies nada. A ver qué neandertal aguanta a uno de estos…cambia tu dieta a las pipas, las tapas neolíticas y aguanta a la familia sapiens…Follar si pero fundar una familia inter-especies ni de coña. ¿Qué haces? Joder te extingues! No llegas a la edad del hierro. Ni siquiera tienes ganas para el neolítico. Que superes las glaciaciones está muy bien pero aguantar al sapiens o convertirte en uno de ellos…no.
Eso pasó seguro. No tengo pruebas que lo atestigüen pero lo siento en lo más hondo de mi recuerdo atávico. Y ahora lo estoy sufriendo yo. Gente que simulan ser neandertales de aspecto pero que comen pipas y tienen cuevas con literas, sus padres con plumas plateados que se los ha comprado la matriarca e inundan mis territorios habituales de recolección (terrazas barras y supermercados) con cachorros gritones de plumas de color rojos o azules (siempre tienen frío) y muerden las orejas de Colette. Y yo aquí, sufriendo la extinción en soledad.