Llueve como siempre que se va
ella. Ella, que es detestable, se va asegurándose de que sufriré más la
ausencia. Consulta el blog del engominado Meteoro (no solo es montañero y
pediatra, además le gusta la poesía, el arte y la bebidas isotónicas caras) y
saca el billete para cuando las borrascas se ciernen sobre pistas forestales y
canchas de tenis. No solo eso, “M” (que a veces pienso que esa M es de Moriarty
y no de “M”) se va cuando se cerciora de que mi cafetín habitual (el de las
tertulias de tono elevado y culto, en el que declaman poesía los días con “R”) cerrará. Me cierra el
círculo para que sea más opresivo.
Ella se va cuando la luz comienza
a vencer a las sombras. Hace ruido para que el abrazo de Morfeo, tan leve en
mí, se vaya aflojando. A veces son ruidos innecesarios. Un ukelele sonando en
escala de sol, una cacerola rebotando por el pasillo, un video del campeonato del
mundo de charangas….Otras el ruido es normal pero multiplicado por cien. Hasta
allí la mente criminal de “M” tortura. Un microondas modificado en los agudos
para que duela cuando se mete por el caracol de tu sistema auditivo camino del
cerebelo.
Ella se acerca un momento antes
de partir y te besa. Un beso cálido, dulce, de esos que apenas roza los labios
y juran amor eterno antes de que el tren salga de la estación en blanco y
negro. Cuando la puerta se cierra ya estas despierto, despejado totalmente. Su
plan no obvia ningún detalle; no hay café reciente. Te encuentras solo
preparando la cafetera y tiritando de frio porque también ha ventilado la casa.
Si, hasta en eso piensa cuando comienza la ausencia.
Recapitulemos; ella antes de irse
te hace saber que lo vas a pasar mal. No son las 7 de la mañana pero ya sabes
que estas solo y al principio de una ausencia. Tienes frio y estas esperando un
café. No tienes trabajo para volcarte en el stress sufrido durante los 103 días
anteriores y cumplir los plazos de tiempo que rigen tu vida. Tienes todo el
tiempo del mundo para sufrir esa ausencia. Ha sido programada la ausencia para
que coincida en este difícil día.
La soledad en el pueblo es total
a esas horas mientras paseas a Colette. Es el comienzo del parón biológico
aquí. Nadie por la calle húmeda y fría. El silencio reina por primer día en un país
de estaciones cerradas y clima húmedo. Jamás se iría con frio seco tras una
nevada. Lo ha calculado así, como calculó el resorte de la máquina infernal
para dominar el mundo.
Caminas por las calles mientras
la decepción se acrecienta a cada paso; Bar tabaco cerrado, 2º bar tabaco
cerrado, gota de canalera en la nuca (..) Piensas en qué puedes hacer pero el
tiempo te impide hacer cosas que te evadan de la ausencia como tenis, bici,
trabajos varios pendientes….
Siempre quedaría el pádel al
abrigo de su techo y sus paredes si no fuese porque están cambiando el suelo
estos días. Seguro que arregló la agenda del pádel para hacerlo coincidir; nada
al azar.
Llueve en Formigal y todos con
los que podría subir estarán de resaca o trabajando. Ella puso garrafón en las
jarras de la cena ayer. Subió arteramente con su traje negro ajustado, se deslizó
como un gato por una ventana y volcó su frasquito de líquido ponzoñoso en la
bebida. Su mente criminal clarificó todas las incertidumbres en su plan y una a
una las convirtió en certidumbres de ausencias. Mi madre tiene campeonato de
bolillos patrocinado por la corporación Umbrella y el resto no están, están de
resaca o trabajan. A veces pienso que “M” no es quien dice ser y es una villana
a sueldo de Octopus, del “Doctor No” o forma parte de un gran plan. O eso o yo
he leído muchos comics en mi vida….Me toca se Matt Murdoch de nuevo. Otra vez
Peter Parker. Pero eso sí, sin super-poderes que conlleven grandes
responsabilidades. Hija de..
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