sábado, 16 de noviembre de 2019

Programación





Ha nevado y “M” se lo ha perdido. Estará allí en Valencia comiendo naranjitas o paellas y bebiendo horchata (ya me extraña pero los tópicos son los tópicos) mientras el sol baña su cuerpo. Nunca he dejado de pensar que su prima era una mala influencia para una chica deportista y estudiosa como “M”. De momento ya se ha “saltado” las extra-escolares de inglés, piano y ballet clásico a las que estaba inscrita. Y aprovechando de su estío de vitamina D, su patológica dependencia de esos rayos solares que necesita para calentar la sangre y esa necesidad de un muro o una pared en la que contemplar a Lorenzo (también conocido como astro rey, disco solar, sol invictus, estrella primordial...) su prima me priva de “M”. No solo me genera una ausencia (que puedo entender viniendo de una familia de sangre fría y ciñéndome estrictamente a lo biológicamente necesario), lo peor es que me la re-programan.

El temor que alberga mi corazón es la sospecha que allí en la ciudad de la luz (copiado descaradamente de París) su prima está en una secta. Una secta destructiva que reniegan de la santa madre iglesia católica y aborrecen las estaciones y por ende de la misma naturaleza en sí. Niegan el otoño, escupen sobre el invierno y se refugian en cálidos y pequeños lugares para que así la proximidad aumente la sensación térmica y el roce entre sus devotos. Bares minúsculos repletos de tentaciones para la carne (la verdura y hasta el pescado) el alma y la sed. Me temo que no son personas temerosas de Dios y de conductas rectas los adeptos de la secta. Y en medio de esa comunidad se encuentra mi dulce “M” en estos momentos. Su prima la induce a adentrarse en los tenebrosos preceptos de la orden herética (y apostata) con un poco de solete y cañitas en terracitas, la invita a una especie de entrega de galardones que no premian precisamente la excelencia ni la virtud, le habla sutilmente en la lengua blasfema....En fin...estoy muy preocupado.

Tan preocupado estoy que desde que ella se fue no me he duchado, afeitado, limpiado u otras conductas higiénicas que el resto de la sociedad aplaude. Sucio pero devoto y temerosos de Dios con una inquebrantable lealtad al rey nuestro señor y a los sagrados pilares de la sociedad que me vio crecer y a sus fueros antiguos. Los ricardistas somos los guardianes de la tradición y ver a la luz que me ilumina rodeada de personas con cultos paganos y hábitos destructivos es un duro golpe. Una persona tan cercana a mí abrazando esas ideas libertarias que conllevan el caos en las sociedades y la total perdida de los valores y solo es el amor lo que permite superarlo ..Amor incondicional hacia su femelina persona.

Espero su regreso y que Dios me de la fuerza para des-programar su mente tras tantos días dentro de esa secta a la que pertenece su “pima”. No se a que grado de intervención habrá llegado esta vez.
Mañana vuelve y hace frio. Todo permanece helado y el sol sigue oculto tras una tupida cortina de nubes. Puede que el choque sea brutal, puede que psicológicamente se encuentre débil tras tantos días de sol, vitamina D y C, negritos, negritas y armarios. Confío en poder revertir el adoctrinamiento y abrace de nuevo la fe en Dios, el orden natural y la lengua madre de todos nosotros.
Tengo que acabar con esta pesadumbre pero sobre todo tengo que terminar con la roña que me rodea, los cúmulos de pelo, las bolsas de basura apiladas, desenredarme el pelo y dejar todo para que “M” vea el hogar limpio y sin animales en el salón. Aunque acabar con todo un ecosistema nuevo que he creado ….

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