sábado, 3 de abril de 2021
Fauna invasora
jueves, 1 de abril de 2021
Pandemia y condena
Hace mucho tiempo de la última ausencia constatada aquí. Seguramente por la cantidad de las mismas que a partir de la última fecha recogida se produjeron de forma contante e ininterrumpida. También influiría dejar de tener una vida y pasar a trabajar mañana y tarde, de sol a sol y sin descanso en una época de pluriempleo terrible. Pero han pasado tantas cosas desde esa última entrada de una ausencia que.... Por dónde empezar?
Mi femelina compañera de condena ha burlado la guardia y descolgándose por las almenas de nuestra prisión huyó al alba hace tan solo 2 días. Se conoce...se cuenta, que amparada en la noche y con un salva-conducto más falso que nuestro amado líder (señor de las puertas y luz de la nueva realidad) cruzó valles en penumbra y mesetas prohibidas hasta la gran ciudad donde dicen que la gente es libre y trabaja como si la peste acaecida en el reino no hubiese llegado(eso se sabe).
Tenia legañas cuando aconteció la escapada, así que no pude ver la melena rojiza y salvaje azotada por el viento mientras se descolgaba por las frías paredes. Su cuerpo esbelto, esculpido por el esfuerzo físico y cincelado por el hambre de estos últimos meses desapareció entre las sombras y el silencio de la peste. Mis legañas no dejaron que mientras ella escapaba, imaginase su cuerpo lujurioso de senos voluptuosos, muslos torneados y piel tersa que me prometió disfrutar antes de su partida y luego me negó.
Las carencias de la peste nos oprimen en este trozo de reino abandonado por todos a su suerte. El hambre y la abstinencia sexual se mezcla con el temor y la enfermedad. Mientras escribo esto, las hordas conquistadoras se ceban con la comarca: queman nuestras terrazas, violan nuestras mujeres y matan nuestras inmunidades. Al menos “M” ha burlado este sino y cabalga libre por la ciudad dónde atan los patinetes eléctricos con longanizas en farolas de dulce caramelo y existen ríos de espumosa y fría cerveza, dónde la gente es libre y puede salir al sol pedir calamares y empanadillas y beber hasta más allá de la caída del sol.
Una vez más me refugiaré en mi mismo y sufriré con las carencias que nos afligen con el ánimo de fortalecer e incrementar el espíritu y el alma. Que la soledad la acepte con resignación cristiana y la abstinencia sexual como acto de contricción es lo que me dicta la situación. Espero tener fuerza de voluntad. Ansío crecer y doblegar mis debilidades.