sábado, 19 de mayo de 2012

"La ausencia de todos menos del hortelano"


La ausencia de hoy es total. Salvo Colette todos se han ido dejándome en la soledad absoluta. Huérfano, viudo, solo y mojado porque también llueve. Mi bici desmontada esperando la mano que la saque de su letargo, mi viejo portátil hundido en un coma que temo terminal y la nevera como un reflejo de mi alma.
Se fue de nuevo la doctora detestable sin acabar lo que tenia que hacer. Se fue sonriendo como si de una broma se tratase. Dejo tras de si una lista “De cosas para no hacer” que se podría resumir en no ensuciar, no contaminar y cuidar de la virtud de Colette. Todo muy sencillo de cumplir. Viviré en el descansillo de la escalera y sacaré un corcho de champán de algún sitio.
Mi madre me ha abandonado junto a mi hermana y ella ha dejado una nota con que poder comer y otra lista de tareas que he de sumar a la de mi hermano de riegos, puertas y de la seguridad del resto de familia y la virtud de todos ellos.
A todo esto he de sumar las negras nubes que pueblan el cielo, la sociedad y mi cabeza. Tormentas de gran carga eléctrica que espero no descarguen cerca de mí. Aun así estoy contento porque la lluvia me evita cientos de riegos que hacer. La vida del campo, la cual pensaba era dura pero plácida me estresa. Wall Street es más relajado seguro. Que si las primas de riego bajan y los bonos de siembra suben, que si el sol amenaza una opa hostil y que el vecindario trata de nacionalizar los surcos regados con el sudor de mi frente (y de la de Bastian), que se pierden 5 puntos de pimientos …..Horrible. Suena el despertador temprano cuando esperaba que fuese el gallo quien me sacase de mi sueño y corriendo has de ir de un lado a otro para labrar, reuniones de urgencia por tal o cual riesgo y buscar una cobertura a la planta. Acude a los mercados y peléate con varios brokers de 70 años por el turno, la calidad, la oferta y la demanda.
En mi ignorancia pensaba que me sentaría al lado de mi huerto y fumaria en pipa mientras con Colette tumbada a mi vera observaba como todo crecía exuberante y perfecto. No sabia que tendría que vigilar todos los bichos terrenales (no creo que Noé metiese en el arca una pareja de babosas, otra de cucos rojos..será cosa del diablo) para que no se coman mi huerto mientras observo el cielo y espero que llueva para que las plantas crezcan a la vez que las malas hierbas que tendré que quitar mientras grito a Collie para que no pise mientras corre tras un gato que a su vez quería escarbar mi plantación justo cuando me hablan vecinos y  transeúntes poniendo en tela de juicio las directrices que me han marcado mis maestros (…)
Mientras escribo esto “M” estará en Valencia, mi madre y hermana en Zrgza y el resto en Sitges. Tan mal me he portado para recibir este karma?. Tan equivocado estoy en mi aislamiento?
¿Hay alguien allí? ¿Alguien me escucha?     

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