jueves, 27 de abril de 2017

La espiral del silencio



Estoy aquí chuflándome una cerveza porque no hay nada que esté frío salvo el viento que ulula fuera. Espero que acabe de hervir la cena y Colette acaba de cenar. El día llega a su fin si consigo dormir a una hora prudente. El caso es que estaba pensando en “La espiral del silencio” mientras paseaba con Colette (en eso y en taparme las orejas un poco). La espiral esta es una teoría que dice que la opinión pública es una forma de control social y establece las corrientes de pensamiento de la mayoría, de lo que está bien y lo que no es aceptable. Esto hace que nadie exponga un pensamiento diferente y que se acate el main stream. O sea, que el individuo, yo mismo, acata la opinión dominante o se aísla. Resumiendo, yo sondeo la opinión general y para no convertirme automáticamente en una minoría acato la opinión principal. Así que…. vermouth.
Vermouth, barba, tatoos, running y travelings (ya que los anglicismos triunfan como bio-pic, cross pic Candem Thames mini Cooper…). Pero podría parecer esto una condena al borreguismo y una exaltación de la masa hasta que me paro a pensar en la historia. Porque…saben?...Yo leo mucho. (Y su tatarabuela…) En fin entonces dónde caben las revoluciones; en algún momento cambiaria esa corriente principal (main stream) de pensamiento para guillotinar reyes (y a todo quisqui ya de paso) fusilar zares o dejar de reponer a Curro Jimenez.
Sigo leyendo para profundizar en la teoría y llego al 4º párrafo de la wiki y me encuentro lo siguiente: “ La tendencia de la espiral es a enmudecer a quienes prestan o tienen posiciones diferentes a las mayorías, pero para en seco cuando se encuentra con el “núcleo duro”, aquellos individuos que, aunque pocos, se reafirma en sus posiciones y opiniones y no cesan en el empeño de que su voz sea escuchada.” O sea los “cruzaos” de turno. El tío que fue a comprar pan con lo justo en Paris y vio que se lo habían subido otra vez y dijo el típico “cagon su puta madre estoy hasta los cojones de los Borbones y los ladrones de siempre que estoy hasta los huevos de currar para que el marqués de mierda viva de cojón”. Esa afirmación la oyó un ruso casi 2 siglos después y cambió guillotina por plomo y así hasta nuestros días.
Y aquí entro yo exclamando que me han subido las gambas con gabardina y estoy hasta los cojones de beber bitter seven up y vasos de agua mientras alguien me cuenta un viaje a no sé dónde o cuantos kms se ha hecho de running. Hasta los mismísimos para seguir un ritmo de conversación con el traslator del móvil para saber que es un biopic, un rif, la palabra adecuada para definir a tal grupo social o a otro. Y en algún momento alguien como yo, sentado en otra terraza exclamará el cagón su puta madre de turno y montaremos el garrote en la plaza para tanta injusticia.
Y lo que empieza siendo justo acaba yéndose de madre. Te empiezas cargando familia imperial y servidores públicos, sigues con todo aquél que lleve corbata o distintivos burgueses, luego empiezas con maestros y sigues tu revolución con todo el que tenga ojos achinaos aunque lleve pijama negro.
Así que yo paso y digo no al vermouth. Si a la merienda. Pero ya no quiero guillotinar a quien me encuentre con un plato de calamares un miércoles; lo mandaré a un campo de re-adoctrinamiento que le afeiten la barba, le borren los tattos y retiren el pasaporte.





martes, 25 de abril de 2017

Vermouth



Soy un pringao. Lo he dicho antes y me reitero ahora. Estoy de nuevo en una ausencia. Parece mentira que todavía tenga algo que escribir después de tantas y tantas pero al menos lo intento y sigo levantándome temprano con mi batín, mi café humeante y sentándome frente al fuego día a día. Día tras día quejándome de la ausencia de una alfombra en este yermo salón de ángulos oscuros y lleno de arpas. El cielo a punto de descargar su típica agua de ausencia que me lastra y potencia la ausencia y el café amargo. Entradilla hecha.
Vermouth. Su versión española es vermú y define no solo a la bebida antes conocida como Martini si no a la acción de acompañar una bebida con una tapa ligera previa a la comida del domingo. Normalmente era a la salida de misa mayor cuando el mundo tenía orden y concierto.
De esta definición han pasado muchos años. Hoy en día la evolución de esta sociedad hace obsoleta gran parte de lo definible de nuestras conductas cotidianas. De momento hay que deslocalizar el vermú al domingo. Cualquier día es bueno y valido. También hay que quitar del intervalo de la definición la misa porque ahora es políticamente incorrecto. Es importante saber que la comida puede ser sustituida por el mismo vermú y que meramente su aparición es testimonial y si antes definía la finalización del mismo, hoy es causal e insignificante.
Lunes. Me levanto temprano como tengo costumbre y como no podía ser de otra manera al despertarme “M” cuando comienza la ausencia. Hay que ser consciente de la ausencia desde el minuto 0. Abro el balcón y saludo al cielo y a la tierra; hay que respetar sus momentos. Desde el norte y el sur, el este y el oeste la primavera me saluda llenándome de mocos, flemas y lágrimas en los ojos.
Desayuno antes del momento del paseo con Colette y recojo los útiles necesarios para la jornada que acaba de empezar. La madre tierra es cruel y el trabajo es duro pero gratificante. Al acabar la mañana me siento bien al contemplar la imagen del huerto revuelto y sin malas hierbas. Hace calor y me pica la nariz y los ojos pero formo parte del todo y estoy en armonía con el mismo.
Salgo a comprar y con la tierra y el sudor tatuando mi piel  me saluda el primer vermú. Me disculpo pronto y voy a recoger herramientas y preparar la siguiente jornada antes de comer un plato de verduras y un poco de pescado. Bebo agua y cultivo la mesura. No me abandono a mis sensaciones y deseos para caer en una auto-complaciente pereza. Es el momento de mi café; una de mis grandes debilidades. Mi café se junta con su vermú. Las cañas corren mientras repasan momentos del partido que consideran especiales o marcaron una diferencia. Es una reunión distendida con muchos participantes y cada uno con su tema. Conversación general y varias perimetrales que me obligan a saltar de un lado a otro.
De repente alguien se levantaba y volvía con más cañas y vinos. Un café más tarde y 2 vasos de agua después la reunión se iba deshilachando perdiendo participantes hasta que uno mismo se despide y encamina sus pasos hacia la siesta perdida y su partido de tenis. Son las 16:30, el sol triunfa sobre la tierra y yo recogeré la raqueta con mi cansado cuerpo para después acabar de sembrar y retirarme con el sol para ver si puedo dormir en la ausencia. Necesito cansarme, agotarme. Para cuando me retire y aparte de cansado tenga frio, una llamada a mi paso por el Forato me hará conocer la evolución del vermú antes de cenar. Pero eso es otra historia.

jueves, 6 de abril de 2017

Tierra seca 2



Tierra seca es una mierda. La primavera es una mierda. El “borreguismo” es una mierda. Ahora que todo el mundo puede hacer cosas (cualquier cosa desde escribir un libro hasta dirigir una peli, subir al Everest o dar la vuelta al mundo en globo) que el único techo que tienes es la pasta, yo no tengo ganas de hacer ninguna cosa. Lo peor no es que todo el mundo haga  cosas, es que se tiene que enterar el resto lo que ha hecho. Marcel se ha comido el postre más grande del mundo, Proust ha ido a visitar la pagoda más sucia del sud-este asiático y Quintanilla ha montado en globo (y no es la literal) como experiencia. Las redes sociales  son una mierda. Y así te encuentras en una ausencia en la que te rodea la mierda. Vas a ver una peli y te ves empezar 10 porque son una mierda. Un libro? Lo mismo; todo el mundo puede publicar algo tedioso, repetido y que es una tortura leerlo. Antes el que hacia algo y te enterabas es porque era especial, era el mejor y era auténtico. Un video de ski era flipante. Ahora todo el mundo lo hace pese a que hace 2 años cogiese por primera vez la autovía a calzarse un algo que deslice. Y allí se cuelga un video que tiene 3000 “me gustan” de 3000 mediocres como él. La globalización es una mierda que fomenta el borreguismo y que todo el mundo alcance cierta notoriedad merecida o no. La ausencia es una mierda. Estoy enfadado con el mundo porque es una mierda. Por eso acabo de escribir en la agenda de nuevo: destruir el mundo y he abierto cuentas nuevas en face, insta, twit y linke con el Nick de archi-villano.
Y es que ayer lo pasé muy mal en la tierra seca. Aquí se hace todo muy largo. Llevo los mismos horarios pero es como un jet-lag que me afecta  a todos los niveles. Me propuse descansar y que mi lema fuese la inmovilidad. Ver cientos de pelis y leer para que mis articulaciones descansasen, mis músculos relajados se estirasen y mis tendones reposasen. Ponerme en modo contemplativo aunque la basura se desbordase x el suelo de la cocina y tal vez salir a dar un paseo silbando con Colette. Pero me aburro. Escucho siempre lo mismo, leo lo mismo en una revisión perpetua y veo lo mismo con escenario diferente. Mi cerebro se rebela y activa la ansiedad y tengo que salir, correr o gritar.
No hay nada nuevo bajo el sol. Pero hay mucho más ahora. Así que voy a hacer un ejercicio de evaluación general para con todo. En una escala del 1 al 10, el 5 será aburridillo, el 6 ya cambia a entretenido y a partir del 7 interesante con el tope del 10 que será un bien merecido “de puta madre”. Si no llega a 6 no quiero saber nada. Salgo de casa a pasear a Colette y que haga pis matinal y me cruzo con un transeúnte hablador conocido ligeramente; un 3. No tengo tiempo lo siento, llego tarde a trabajar. Voy a comprar tabaco a un bar y me rodeo de un justísimo. Tengo la perra fuera y no puedo ni parar…luego te veo (hablamos, estamos..) Tengo que comprar carne para esta noche, será claramente otro 3. Tortilla. Segundo intento de café: se me acerca madre recién liberada de su hijo. Un perfecto 3 de libro. Perdona sñra. X pero llevo sin subir una semana y vuelvo a drogarme así que tengo un déficit de atención tremendo. Seguiré a mis cosas hasta media mañana dónde el café se ve asaltado por un tremendo 4 salpicado de gallinas patos truchas fútbol y he de levantarme, disculparme por no soportar un 4 de libro e ir a clavarme palillos bajo las uñas. Luego recibiré una llamada que me insta a subir a trabajar mañana a las 8 para no sé qué movidas de humo de colores, Orgasmon (..) Perdón pero es claramente tu conversación otro 3 y he de colgar.

miércoles, 5 de abril de 2017

Tierra seca



Ausencia de primavera. Es de las peores porque a la ausencia se le unen mocos, picores y calores. Mal rollo. Pero extrañamente lo llevo bien debido a que no paro de hacer cosas y llego tarde a todo. Cuando entro en casa al final del día llego tan molido que no caigo en los brazos de la diosa del sueño; me la zumbo. Con la parte final del chascarrillo imaginareis que no iba a poner a Morfeo….
Por todo esto estoy en alerta y sin bajar la guardia; va demasiado bien la ausencia. Así que cuando acabe este párrafo saltaré en la bici y junto a Colette me daré un paseo a pesar de llevar las piernas como si acabase de cruzar el Sahara. Al fin y al cabo me he venido tan arriba que hoy y mañana tengo fiesta. Repito: hoy y mañana tengo fiesta. FIESTA!!
El mundo seco existe y no es un mito. La gente se levanta tarde con ropa cómoda y pasea tranquilamente por la calle dando vueltas esperando a que abran todo. Algunos van con una barra de pan recién hecho bajo el brazo y se toman un café que sabe a café. No algo parecido al café con un bocata de pan de ayer y con la ropa que hace ruido y te mueres de calor. Todo lo que decían los oráculos en la caverna de la nieve se cumple. Cuando la marmota salga el mundo seco se advendrá como el viento del oeste.
Allí estaba yo esperando el remonte que me llevase a la plaza con la impaciencia de hacer tantas cosas que no sabía por dónde empezar. Café y croissant, zumo de naranja, estirarme, pasear sin zuecos y con todo el día por delante. Empiezo mal porque no hay remonte pero cuando lo asumo y me impongo a la costumbre salgo caminando como alguien de esta gente que me rodea. Actúo cómo ellos, es fácil pero cansado al principio. Como no hay pendiente, no hay deslizamiento así que tienes que impulsar una pierna hacia delante tu mismo. Bien. Es cómo en Formi entonces. Me pongo los auriculares y el jazz me va dando el ritmo para las piernas mientras Colette va olisqueando su facebook canino en cada esquina. Deja su comentario y sigue en pos de mi alegre paso.
Saludo a la gente cuando me cruzo con ella sonriendo como un demente. Puedo andar Sr. Tendero 1! Al amigo barman (no es un superhéroe) le enseño los dedos de los pies y los muevo al ritmo de la música que suena en mi i-pod. Chas chaas chaassss. Quiero 2 cortados, un zumo de naranja, una napolitana y un pincho de tortilla. Soy feliz en el mundo seco.
Echo de menos a “M” pero tengo tanta libertad hoy que se difumina su recuerdo. El sol me da en los dedos y en los pies y la gente cruza delante de mí moviendo las piernas sin cesar. Saludo y sonrío y a las féminas les miro el culo. Hay mariposas revoloteando a mi alrededor y un pajarillo trina en algún sitio mientras en la terraza de enfrente trapichean. No sé si me va a dar tiempo de hacer todo con la nada que se adueña de mí. Chas chas chaas. El teléfono no para de pitar con noticias de arriba pero no lo miro, vivo en un mundo seco.
Pero no tengo hambre para tanto desayuno y los dedos se me quedan fríos ya. Qué se hace en un mundo seco? Todo el día por delante y tanta tranquilidad se me hace una losa que poco a poco pesa más. Igual tenía que haber subido y foquear algo para romper la rutina. Puta libertad…Viva las cadenas!! Voy a tener un problema..