Hace 3 duchas que “M” partió.
Recientemente me ha comunicado que su retorno se retrasará todavía más. Para
celebrar la noticia hoy me he quedado despierto hasta las 5 de la mañana.
También he madrugado para disfrutar más de la soledad y estar en un limbo
zombie y de ansiedad toda la jornada.
Sin nada que hacer y sin un rumbo
predeterminado me enfrento al nuevo día desde temprano. Como en un pin-ball
salgo de casa rebotando en el camino sanitario de Colette hasta casa de mi
madre donde salgo disparado al castillo y entro al jardín salgo al patio entro
al jardín y retorno al patio (..)
Mientras voy golpeando y rebotando la mañana en mí pin-ball tamaño
Biescas no me doy cuenta que el motivo es ansiedad y no focalizar un fin. Me
paro en una doble falta y trato de solucionar mi estado buscando una meta para
ese día. Tras varios intentos de buscar algo productivo o beneficioso se me
ocurren ocupaciones tontas y estúpidas. Irme
de chatos de vino, dedicarme a Colette y sus deseos emulando el libro de “Tombuctú”,
subirme a esquiar a Formidal solo y con esquíes nuevos, infiltrarme en un grupo
de vecinas madres y hacer soflamas feministas (..)
Lo de Colette es muy aburrido.
Ella me mira, yo la miro, ella olisquea, espero, sale de estampida tras un
gato; la sigo y espero 10 minutos de tensa mirada entre especies hasta que me
canso. Me voy de chatos de vino…
Primera acción a realizar; elegir
compañeros de viaje. Iré a un filón a
encontrarlos. Iré a la Gruta. Cruzo el pueblo y me encuentro el bar oscuro y
gélido. Siento una presencia pero no veo a nadie. De repente una sombra entra
en mi espacio visual y se me erizan los pelos me entra el pánico y salgo
corriendo. Ha sido algo irracional lo sé, pero sin armadura y espada flamígera
no me quedo. Rebotaré hasta otro lugar
menos tenebroso.
Rebotando y chocando llego hasta
una terraza dónde encuentro varios grupos posibles. Allí esta parte de la
delegación del chato de vino. Me acerco, pido uno y me hago el despistado hasta
que me saluda alguien de ellos. Debe ser el
jefe porque lleva la voz cantante y el resto no habla; asienten, beben y
asienten. El jefe me pregunta:
1. Procedencia: Descripción del lugar e
interpretación. Prejuzgar todo y no acabar el juicio dejándolo en suspenso con
ruido que denota duda, incredulidad y enfatiza en el desagrado moral.
2. Estado actual mío y de “M”:
Pormenorizado. Incluyendo crítica o desconformidad con género femenino entre
interacciones con ruidos incluido (véase apartado 1)
3 Trabajo actual e intención
de voto. Incluye crítica al sistema y anhelo
anteriores gobiernos y requiere coletillas tipo “todo está muy mal”, “ya
veremos….”, “esto acaba en una guerra” y varios “Si estuviese yo….”
Me doy cuenta que es un
profesional y que no va a permitir que le quite parcelas de protagonismo o que
me integre en su ágora. Es como un filósofo griego departiendo entre la
multitud. De joven, iba a la orilla de Arás a hablar con piedras en la boca
para aprender la dicción exacta y el tono apropiado en un bar. En ese momento
su disertación cambia de tema, me obvia y se remonta 50 años hablando de
Suarez, Franco y el vino añejo de la época. Me ha expulsado y enviado al
ostracismo. Dejo el vino que disimuladamente se acabará de un trago el filósofo
para cruzar el bar en busca de la siguiente meta; grupo de madres.
Me pido un cortado; agitado no
batido en voz alta para que me oigan y me siento en la mesa de al lado. Todas
me saludan sin saludar y todas sin dejar de hablar y escuchan a la superiora
que habla de 3 cosas a la vez moviendo la mano a una velocidad increíble. Irina Palm es mano lenta a su lado. Se
arreglan cada tema 2 veces la chaqueta y siguen con el siguiente. Despellejan a
la profesora de Carlitos y critican su pelo, a su novio que es de Cuenca y
tiene una casa que hace chaflán, la receta de la suegra de una y hacen una
crítica literaria entre medias del club de la lectura.
Mi mente divaga entre el murmullo
general de las madres monótono y me trae imágenes de la última película porno
que vi. Separar una de ellas (de peso medio) y hablarle de verduras con forma
fálica para acabar desnudos en el sofá de su casa o la alfombra mientras me
utiliza como un juguete sexual. Trato de hacerlo pero se cierran en círculo
hablando de 20 temas a la vez siguiendo la conversación de la jefa de manada
como las cebras en la sabana. Necesitaría al menos 2 más para cercar a alguien
y sacarlo de allí para luego atacar y devorar. Es imposible encontrar a alguien
que haya visto porno y los documentales de la 2 simultáneamente para asociar la
empresa que tengo entre manos. No hay nadie que sufra la ausencia como yo…
Derrotado salgo al exterior y
reboto hasta casa de mi madre. Pronto
será la hora de comer y lo peor ha pasado ya…
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