jueves, 17 de diciembre de 2015

Postura isabelina



Otra vez “M” se ha ido allende del Monrepós. Otra vez esta penosa  ausencia. Otra vez caminando en soledad por un camino mientras ladra Colette y  pienso: “Otra vez”. Otra vez confeccionando listas de acciones y quehaceres para cansarme y dormir. Otra vez sin un horario laboral que me aleje parte de la jornada de la ausencia. Otra vez se nubla cuando “M” se aleja relegando mi actividad al hogar solitario frio y yermo. Otra vez ondiol ¡!
Y como de nuevo me encuentro en esta situación he decidido demostrar mi desacuerdo con algo radical. Estaba leyendo un libro de historia y me ha maravillado el empeño de Isabel la católica que no se cambió la camisa hasta que cayó Granada. Así que yo haré lo mismo. Ni de camisa ni de nada. Ni siquiera me afeitaré. Todo esto como muestra de rebeldía ante la situación claro. No hay ningún otro motivo ni es necesario segundas lecturas o adjetivar esta decisión.  
Me pica la barba incipiente. Esto no sale de un día para otro pero me aburro bastante esperando. Ayer jugué un pádel y afortunadamente no sudé demasiado. Perdimos pero con la cabeza bien alta y con una nueva Excalibur que parece aguanta más que su predecesora. Cuando llegué a casa y me descalcé no olía excesivamente mal así que todo perfecto. Al levantarme hoy la barba estaba igual y el olor era insignificante. He desayunado y he bajado a pasear con Colette. Tengo poco que hacer en estas fechas así que me tomaré el día de jubilado y quedaré para un tenis o saldré en bici después de comer.
Cruzo al otro lado y compro el pan. Una mujer al lado mientras espero en la caja me mira raro. Paso la calle y me dejo caer en Ruba para tomar un café. No hay pareja de guiñote y el camarero me mira mal también. Son muy pulcros estos…
Disertación sobre política que no desaprovecho para criticar al coletas y a toda su parentela remontándome varias generaciones. Será mamón…Si me voy a dejar barba. Seré un tío original con barba y luego me convertiré en hippster dejándome un bigotillo ridículo. No por nada por estética solamente. Igual que no esté “M” ayuda algo sí. Cuchillas y jabón? Si, lo que saca espuma; tengo una par en casa. Uno de limón y otro en gel para cuando me duchaba. Lo dicho: son muy pulcros esta gente.
Como con mi madre y vuelvo a casa para tirar un vaso de té en el suelo de la cocina. No me da tiempo a recogerlo así que agarro lo del tenis y me voy a jugar. No se me da mal hoy aunque empiezo con un revés no demasiado sólido. El tiempo es caluroso y húmedo para el tiempo en que estamos y sudamos. Acabamos de jugar empapados y hablamos del puto tiempo de mierda que no permite hacer nieve ni dejará la poca que hay. Aprovecho para la típica cuña criticona para el coletas.
Llego a casa. Me sueno los mocos y percibo un ligero tufo. Me los suelo otra vez y lo mismo. Será el pañuelo? Cambio de pañuelo y el tufo está allí. Me enjuago conductos nasales con solución salina fuerzo 4. Un chorro a toda leche que destapona hasta el desagüe del lavabo. Y es entonces cuando circula el aire bien por mis fosas nasales y un mundo de olores aparece en mi cerebro hasta ese momento olvidado.
Vale soy yo el del tufo. Sudar y no ducharte ni cambiarte en 3 días es lo que tiene. Tiro la solución salina a la basura y sigo con mi protesta isabelina.  

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