jueves, 19 de noviembre de 2015

Las ramas y las raices



“M” regresará más tarde. Sigo en el fondo e ingresar en el rebaño no me ha supuesto ninguna mejoría. Al final tengo ansiedad de estar pendiente de tanto tweet, face y del neo-lenguaje que he de utilizar constantemente atendiendo a tanto dogma. No sé si podré ser partícipe de este mundo Orwelliano por mucho tiempo.
Colette esta celo y está muy rara y pesada. Mancha, continuamente he de bajarla creyendo que se mea y lo único que quiere es olisquear esquinas, coches y centros de calle. Es extraño pero tengo la impresión que la finalidad de todo es dejar notas  olorosas por todo el pueblo. Huele una meada en una esquina y ella mea encima. La meada será una nota tipo: “Border collie caliente busca macho. No importa la raza. Virgen de cola larga y lomo negro. Interesados aullar en la plaza frente al cuartel. Atrévete y ládrame”. No sé cómo actuar…
De mal en peor. Ahora creo que lo de la soledad no es algo físico si no que es mi talante. Ayer jugué al padel (si volví a perder) y cuando acabamos me encontré en una terraza rodeado de gente. Me causó tanto vértigo tanta gente hablando de tantos juegos (de tronos, de rol, de nieve..) que me tuve que ir a una clase de piano on line. Al llegar a casa, en el silencio más absoluto me senté en la alfombra (bendita alfombra) y observé la micro-fauna que la habita. Pensé en ducharme pero decidí disfrutar de mi condición de soledad. Cené algo rápido viendo el 1x06 de Daredevil y miré al infinito haciendo todo y nada.
He abandonado el rebaño porque soy un farsante e iracundo. Sujeto una pala de padel y se me pone una mala leche y una ira que me desborda. Tengo ideas raras que van desde un impulso de autolesionarme hasta ganas de invadir Polonia. Soy así porque en parte la ausencia me rompe el karma y aunque me repito mentalmente textos zen no consigo estar en paz. Mi interior esta agitado, mi exterior también. “No es posible separar las raíces de las ramas” mecagon su puta madre entonces. De las ramas, las raíces y la naturaleza.
Pero es que no soy un samurái. No tengo una katana de Hatori Säto y no sigo el camino. Menos mal que no tengo katana…Sigo en un bucle de espera continuo dependiendo de la palabra de otros. No puedo hacer tal porque igual viene Sr. Cual, pero si Sr. Cual no da muestras de vida tampoco puedo llamar a Sr. Pascual. Así que no llamo a Sr. Mengano por si Sr. Cual decide aparecer y tampoco a Sr. Zutano por si Sr. Pascual se persona. La conclusión es que cae la noche no ha aparecido nadie y no he hecho nada y es demasiado tarde para hacer tal, cual y con Pascual. Si tuviese una katana no habría Sr. Cual ni Sr. Tal y le hubiese cortado la cabeza hasta el Sr. Pascual.
De nuevo me encuentro en un mar de silencio, ahogado por los sucesos, la ausencia y la oscuridad de una tarde de Noviembre que lo envuelve todo. Envuelve el piso, las montañas, las pistas de tenis y los senderos ciclables, mis pensamientos, mi alma…
Solo espero que venga “M” para recomponer todo esto. Para que la raíz se calme y con ella el mundo que me rodea. Eso sí, cuando regrese “M” todo el mundo aparecerá de repente como si fuese una fiesta. Me llamará el Sr. Cual y Tal, Zutano traerá confeti, Fulano a Fulana (mira tú ya para qué..) Todos juntos montando un karaoke y el Sr. Pascual de solista. Pero yo los tengo en mi lista. Y espero mi katana de Hatori Hänso  que acabo de pedir en Armazón.

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