sábado, 20 de diciembre de 2014

No por mucho trasnochar maulla más temprano



Nunca te fíes de un gato. Da igual que tenga bonitos ojos y engatusadora la mirada. No creas que su pelaje, por precioso y suave lo hará más faldero. No pienses que sus contoneos felinos cuando le pones la comida evitaran que se vaya. Un buen día cuando te levantes, no encontrarás al minino. Estará en un tejado lejos del tuyo quizá maullando a la luna quizá maullando al sol. Pensarás en sus bigotes y en sus zarpas que no pueden cazar, pero lejos, allí en los tejados solo tiene que maullar. Pensarás que cuando caiga la noche y el frio se adueñe de los callejones y de los tejados volverá ronroneando a tu chimenea a calentarse.
Pues no. Nada de esto. Llevo encendiendo el fuego y dejando el balcón abierto 3 días y todavía no ha aparecido. Compraré una lubina y la haré al horno. La dejaré en el balcón pensé. Pues ….tampoco. Preguntaré a la Dama de los gatos, me dije. No había visto al minino. Estoy de nuevo en la ausencia. No me lo puedo creer.
Me acabo de levantar para desayunar en un ambiente gélido. No he oído ni miau, ni nada esta cambiado de lugar, ni me falta nada ni sé que hacer. La nada se ha adueñado del pueblo como el año pasado ya ocurrió. Nada que hacer, nada que ver, nada de nada….
El cielo es gris y llueve por las mañanas. Las noches son frías y el fuego ya no se enciende, por lo que me acurruco bajo las mantas esperando a un sueño que nunca llega. La gente que en otros tiempos no dejaba de llamar se ha diluido en la nada que sume todo.

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