sábado, 9 de mayo de 2015

Quiero dormir



Antes de escribir esto estaba leyendo un comic de “Tank girl”, escuchando un podcast y viendo hockey hielo como el gurú de la dispersión que soy. Tank girl es una brutal rubia bebedora de cerveza que vive en un tanque. Desde hace 20 años ella abandera el abuso de tabaco, cerveza y canguros. Tiene un marcado carácter rebelde, pechos turgentes y amor hacia a las armas de diferentes calibres. Puede decirse que marcó mi adolescencia como icono sexual y espiritual. En esos años he de reconocer que el sexo y el espíritu es lo mismo. Bueno digamos que todo es sexo; la salida, el fin, la meta….Me disperso bastante pero es que soy leyenda. Ante la imposibilidad de salir con un dibujo y la poca existencia de tías con tanque en  mi entorno busque lo más parecido a Tankgirl. La  elegida tenia no un tanque pero algo parecido;  un 205 rojo. Rebelde y con un carácter propio que la hacía especial; la femelinidad. Era tan detestable como tankgirl y aunque no dada a mostrarlas abiertamente, de pechos turgentes también. Era  “M” si.
Hoy ya truenan ecos con slogans electorales. Las paredes comienzan a empapelarse con caras de falsa empatía y ocultos brillos en los ojos. En tiempos así es cuando más echo en falta a “Tank girl”. Ella quemaría esos carteles y destrozaría los coches electorales a cañonazos. Lideraría una revolución basada en la cerveza cuyo eslogan sería “vive…si puedes” para acabar con el “borreguismo” y los idearios políticos de Matrix.
Un dibujo no puede presentarse en este circo aunque tengamos varios candidatos que son dibujados. Por eso “M” hubiese sido mi candidata. Primero porque me hubiese enchufado y nombrado sátrapa de Arás. Segundo porque hubiese hecho una campaña detestable hacía rivales de políticas endogámicas y nepotistas. Y sobre todo porque un gato siempre cae de pie.
Ya falta poco para su retorno. La profecía habla que tras las lluvias y una época gris, cuando el sol brille en Erata, “M” volverá. Y cuando ella vuelva, traerá teclados que funcionen, un cpu que no vaya a cuerda y hasta un ratón para prevenir las tendinitis. Volverá con concentrados de bebibles y un armario nuevo. Volverá oscura y femelina. Y cuando llegue ese momento yo dormiré  de nuevo.  

Dispersión



No sé cuando vuelve “M” y eso rompe con mi rutina de limpieza. Hoy he tenido que levantarme y limpiar la casa, poner lavadora y posponer la desinfección. Todo se pospone. Pospongo mis currelos hortícolas por el tiempo, mis salidas bicicleras por Colette, mis cenas por el futbol, el sexo por la ausencia, las tareas domésticas por desgana y…(Oh!!) acabo de recordar que he de sumar a esta lista sacar y tender la ropa.
Cuando ella se fue, me juré que mi vida en ausencia sería como un metrónomo. Un metrónomo espartano más concretamente. Levantarme al alba, desayunar zanahorias, zumo de zarzaparrilla y un café. Ir a trabajar al huerto o al castillo y ganarme la comida con el sudor de mi frente. Sentarme a comer sabiendo que he trabajado metódicamente, sin prisa, haciendo todo perfecto. Quizá una pequeña siesta, una breve lectura a la sombra en un parque o un paseo por la orilla del río. Algo de deporte, quehaceres domésticos. No sé, un montón de movidas que desde el primer día se fue a la mierda.

 Me drogué para dormir pronto la noche anterior. Si lo reconozco, no debía hacerlo pero era por la perrilla; por su bien. Además yo controlo. En fin…no me juzgues. Pero no me levanté temprano. No es de extrañar teniendo en cuenta que me dormí tardísimo porque “M” no estaba. La droga fue contrarrestada por altas dosis de cafeína en su forma más clásica (cortado) y en la forma más comercializada (Coca-cola). Luego me tragué una peli mientras escribía, dibujaba a Tank Girl y escuchaba un podcast. Además comía chicle y me rascaba una oreja. Soy un súper –héroe.
Por supuesto desayuné café y un pito mientras oía llover sobre mí. Mi metronómica vida se había esfumado el primer día de ausencia. A partir de ese café me empecé a dispersar. No podía hacer nada así que hice todo…y nada.
Hoy soy un maestro de la dispersión. He depurado tanto el concepto que he pasado a ser leyenda. Lo que empezó siendo una forma de supervivencia basada en la intuición hoy es un método que arrasa en la red. Ahora mismo ni siquiera he acabado de cenar pero he cenado mientras escribo esto viendo una peli y observo caza de una mosca por Colette desde hace 2 horas. Puedo no hacer 10 cosas a la vez y acabar 6 a lo largo del día. Ayer no arreglé el freno de la bici y me fui a probarlo así paseaba a Colette y acababa de escuchar un podcast. Frenaba la bici? No. Paseé a Colette?; Si. Me fui en bici?; Noossii. Acabé de escuchar el podcast?; Si. Alli está claro un ejemplo de mi dispersión.
               

lunes, 4 de mayo de 2015

Pesquisas



Ha pasado un fin de semana desde que se fue. Me he mantenido firme y apenas he pisado una terraza. He cumplido en parte con mi plan a pesar de que el tiempo sigue siendo inmisericorde con esta parte de las montañas. Los días grises son una constante en la que no siempre llueve pero amenaza. Barro, humedad y charcos es mi camino. No desespero aunque mi ánimo flaquea de vez en cuando. Como el único superviviente paseo por montes y calles, encapuchado y tan solo acompañado por Colette y mis pensamientos.
No podía quitarme de la cabeza esas piezas del rompecabezas que me faltan. El insomnio es difícil de llevar así que decidí investigar por mi cuenta. Libreta en mano paseo por el pasillo de la casa levantando volutas de pelo que inexorablemente pararán en la alfombra de mi gabinete. Toco el violín esperando que mi cabeza se vuelva clara y analítica.
Entro en el cuarto de “M” y me siento en la cama. Hace frio y parezco un mendigo vestido con todo lo que he encontrado a mano. Abro su armario y rastreo indicios. Hay mucha ropa que no había visto nunca. Puede que sean regalos. Puede que tenga un amante que halaga su feminidad con ropas bonitas y tiernas telas. Abro cajones de  calcetines y ropa deportiva. Encuentro su ropa interior;  braguitas de alegres motivos y colores cremas, blancos y negros. De esta me acuerdo…me traen gratos recuerdos…
Tras un paréntesis vuelvo al caso. Deduzco lo que falta en el armario. Pliego la ropa que está en pelotillas o montoncito y la coloco de nuevo. Un sujetador es difícil de plegar. Parece mentira pero con lo funcional que parece puesto, en reposo no tiene sentido. Así, si parece…porque…mmmm
Cada vez estoy más cansado. Vuelvo al asunto y ahora me centro debajo de la cama, su calzado está en orden. Las Hunter..buff las Hunter. Se me ocurre que con ellas, la gabardina, ese suje y las blancas con adornos estaría “M” muy bien. Quizá…pero…
Ahora si estoy exhausto, es muy tarde. Puede que Morfeo me haga cosquillas y la investigación sea mejor dejarla para mañana. Me arrastraré hasta la cama, ahuecaré la almohada, cerraré los ojos y mañana saldrá el sol y cogeré la bici.

MIsteriosa influencia



Querido diario de ausencias;
La ausencia de elementos detestables en mi vida sigue aumentando mis crucecitas rojas en el calendario de Reef. Son muchos días mirando el techo del cuarto repasando los momentos detestables perdidos desde el viernes. Pero no me perderé en enumerarlos sin antes haber recapacitado bien en las causas de esta última ausencia.
Pienso y me rebano la cabeza. Trato de buscar las causas y los motivos. Analizo todo y me viene un fugaz recuerdo; unas cervezas en la Albufera. Allí esta una de las principales causas de esta ausencia. Estaría dispuesto a apostar 5 dedos de “M” que originalmente sería quintos en vez de birras. De dónde vendrá esta idea?. Quién podría planear algo incluyendo estos 2 elementos? Estoy seguro que viene de una mujer. Eso me tranquiliza un poco, aún así rastreo el origen.
La albufera me da unas pistas. Un lugar típico pero seguramente no demasiado turístico como las playas. A mí me suena a “Cañas y barro” a tíos con un palo largo empujando una canoa y bebiendo en botijo mientras le guiñan el ojo a una piba vestida de fallera con ensaimadas en el pelo. Así que esa influencia ha de ser oriunda o nativa. Descarto la conexión Sabiñánigo y Biescas.
Birras. Es más difícil esta 2º parte. Cómo bebida isotónica vinculada al mundo del deporte “M” puede estar detestablemente rodeada de estas influencias. Miro hacia Collette que me devuelve la mirada como afirmando “elemental querido amo”. ¿Quién bebe cerveza en el entorno de “M” y es oriunda de Valencia?. Puede que esa influencia quisiese retornar a sus raíces tras un periodo lejos de ellas; sentirse de nuevo en casa. Pero si fuese así, seguro que comería paella en la Albufera. Aún así…tal vez no esté anclada en las tradiciones más profundas de Valencia. Igual no se viste de fallera y tira petardos de 2 megatones por las calles. Puede que sea una mujer de la zona pero con influencias menos típicas. Una mujer al que el mundo anglosajón no alimentó bien o que no le proporcionó su dosis de rayos solares.
Si le gusta la albufera puede que sea por el paisaje. Puede que sea una persona de esas que se recrean viendo flores (eso que es cómo un árbol pero mucho más pequeño y en vez de hojas verdes las tienen de colores y más escasas) o la luz despuntando entre los picos, mares o las terrazas de bares bohemios. Eso es poético, denota sensibilidad. Poesía? Los poetas son cultos, suelen ser ilustrados, en posesión de ideas nuevas que a veces no casan con las convencionales o al uso. La ilustración que alimentó la revolución francesa y que acabó con las monarquías europeas de tradiciones endogámicas y sangre azul de tantos primos procreando entre si y del dale que te pego durante siglos que dejo de ser roja. Será francesa? Será poeta? Será una princesa borbónica?
Me ronda el sueño y me zambullo en el limbo del olvido mientras la imagen neblinosa de una mujer se me escapa por las calles del subconsciente. Quizá vaya a la Albufera con una barquilla de cervezas a recitar  

Un plan...el camino



La vida en ausencias es difícil. Nada sale como planeas. Cuando mi detestable sale por la puerta dejando ese vacío en la casa y en mi interior, me trazo un plan. Es un plan exigente lo sé. Un plan basado en el camino del bushido; tanto en mi interior como en el exterior. Una serie de tareas morales y físicas, una vida espartana y una lista que no deja mucho tiempo para la holgazanería.
Hoy, día de la partida me he propuesto pedalear al menos durante 30 km tras solucionar el problema del sillín. Meditar al menos durante media hora a lo largo del día. Comprar lo necesario para 3 días para mí y para Colette. Estirar mi espaldita en una sesión  de 30 minutos y dedicar  al Jardín un par de  horas de cuidados. Me he propuesto firmemente no jugar al padel ni acercarme por una terraza el día de hoy. El objetivo era llegar cansado a casa y dormirme pronto. Elegir una película y fundirme en un abrazo cálido que me llevase junto a Morfeo sin demora.
Así que mis expectativas y la realidad han entablado una lucha que se ha resuelto con varias escaramuzas sin victorias para nadie. Me he liado con los campeonatos del mundo de Hockey hielo y he llegado  tarde a comer. Casi he conseguido meter el puck desde el salón en la portería del pasillo. No he podido levantarlo porque no tengo sitio y mi sitck pega en todas las paredes. El café se ha prolongado bastante gracias a una serie de encontronazos. He llegado a casa pero era el momento de la meditación así que…He seguido con la página de hockey.
Ya cuando me dolían los dedos y me temblaban las manos sin ratón y con un teclado de mierda me he levantado. Tendré que encargarme de la bici…..o mejor luego…está lloviendo. Un chubasquero y unas brujas? Pero en ese momento una duda me ha comenzado a atormentar. “¿Podría encontrar una camiseta de Hockey barata de Datsyuk?”. Y luego ya no recuerdo nada más hasta que un sentimiento de vergüenza se me ha instalado en la cabeza no dejándome seguir frente al ordenador. He perdido el día, he quebrantado mi ley, soy lo peor.
Prisas. Es el momento de hacer todo a la vez. Descarto la bici porque es muy tarde pero Colette ha de salir y yo he de hacer algo para cansarme y dormir. Correr! Es algo odiado pero más inmediato para el cansancio. Me visto, salgo y al monte. Aún dudo si hacer un cortafuegos pero el hambre me conduce a casa. Meriendo. He de comprar para la cena de Colette y voy justo. Sesión de ejercicios que cansa un huevo. Ya no llego a comprar, arreglar bici, relajar, estirar ni nada. Mensajes en el whatsup y mi plan es una mierda. Me ducho, peino a Colette y salimos ½ caña a una terraza. Soy detestable. ¿Quíen manda en mí ? Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma!!! O no..?