No sé cuando vuelve “M” y eso
rompe con mi rutina de limpieza. Hoy he tenido que levantarme y limpiar la
casa, poner lavadora y posponer la desinfección. Todo se pospone. Pospongo mis
currelos hortícolas por el tiempo, mis salidas bicicleras por Colette, mis
cenas por el futbol, el sexo por la ausencia, las tareas domésticas por desgana
y…(Oh!!) acabo de recordar que he de sumar a esta lista sacar y tender la ropa.

Me drogué para dormir pronto la
noche anterior. Si lo reconozco, no debía hacerlo pero era por la perrilla; por
su bien. Además yo controlo. En fin…no me juzgues. Pero no me levanté temprano.
No es de extrañar teniendo en cuenta que me dormí tardísimo porque “M” no
estaba. La droga fue contrarrestada por altas dosis de cafeína en su forma más
clásica (cortado) y en la forma más comercializada (Coca-cola). Luego me tragué
una peli mientras escribía, dibujaba a Tank Girl y escuchaba un podcast. Además
comía chicle y me rascaba una oreja. Soy un súper –héroe.
Por supuesto desayuné café y un
pito mientras oía llover sobre mí. Mi metronómica vida se había esfumado el
primer día de ausencia. A partir de ese café me empecé a dispersar. No podía
hacer nada así que hice todo…y nada.
Hoy soy un maestro de la
dispersión. He depurado tanto el concepto que he pasado a ser leyenda. Lo que
empezó siendo una forma de supervivencia basada en la intuición hoy es un
método que arrasa en la red. Ahora mismo ni siquiera he acabado de cenar pero
he cenado mientras escribo esto viendo una peli y observo caza de una mosca por
Colette desde hace 2 horas. Puedo no hacer 10 cosas a la vez y acabar 6 a lo
largo del día. Ayer no arreglé el freno de la bici y me fui a probarlo así
paseaba a Colette y acababa de escuchar un podcast. Frenaba la bici? No. Paseé
a Colette?; Si. Me fui en bici?; Noossii. Acabé de escuchar el podcast?; Si.
Alli está claro un ejemplo de mi dispersión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario