lunes, 4 de mayo de 2015

Pesquisas



Ha pasado un fin de semana desde que se fue. Me he mantenido firme y apenas he pisado una terraza. He cumplido en parte con mi plan a pesar de que el tiempo sigue siendo inmisericorde con esta parte de las montañas. Los días grises son una constante en la que no siempre llueve pero amenaza. Barro, humedad y charcos es mi camino. No desespero aunque mi ánimo flaquea de vez en cuando. Como el único superviviente paseo por montes y calles, encapuchado y tan solo acompañado por Colette y mis pensamientos.
No podía quitarme de la cabeza esas piezas del rompecabezas que me faltan. El insomnio es difícil de llevar así que decidí investigar por mi cuenta. Libreta en mano paseo por el pasillo de la casa levantando volutas de pelo que inexorablemente pararán en la alfombra de mi gabinete. Toco el violín esperando que mi cabeza se vuelva clara y analítica.
Entro en el cuarto de “M” y me siento en la cama. Hace frio y parezco un mendigo vestido con todo lo que he encontrado a mano. Abro su armario y rastreo indicios. Hay mucha ropa que no había visto nunca. Puede que sean regalos. Puede que tenga un amante que halaga su feminidad con ropas bonitas y tiernas telas. Abro cajones de  calcetines y ropa deportiva. Encuentro su ropa interior;  braguitas de alegres motivos y colores cremas, blancos y negros. De esta me acuerdo…me traen gratos recuerdos…
Tras un paréntesis vuelvo al caso. Deduzco lo que falta en el armario. Pliego la ropa que está en pelotillas o montoncito y la coloco de nuevo. Un sujetador es difícil de plegar. Parece mentira pero con lo funcional que parece puesto, en reposo no tiene sentido. Así, si parece…porque…mmmm
Cada vez estoy más cansado. Vuelvo al asunto y ahora me centro debajo de la cama, su calzado está en orden. Las Hunter..buff las Hunter. Se me ocurre que con ellas, la gabardina, ese suje y las blancas con adornos estaría “M” muy bien. Quizá…pero…
Ahora si estoy exhausto, es muy tarde. Puede que Morfeo me haga cosquillas y la investigación sea mejor dejarla para mañana. Me arrastraré hasta la cama, ahuecaré la almohada, cerraré los ojos y mañana saldrá el sol y cogeré la bici.

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