miércoles, 15 de julio de 2015

Nube/aspersor/Ovni



No sé de cuánto tiempo dispongo. Posiblemente de unos pocos minutos antes de lo inevitable. Escribo rápido y atemorizado, entenderlo. Jamás había visto algo así. Miraba al cielo más allá del azul luminoso, dónde estarán los Dioses descojonándose de vernos con la lengua fuera y bañados en un sudor constante. De repente entre las montañas, allí arriba en el implacable cielo ardiente, una extraña forma se va acercando. Es oscura, informe de textura vaporosa como el humo de un cigarro. No es humo, no es un avión ni es Super-man…un ovni?.
A mi lado un señor mayor, entrecerrando los ojos hacia el calor denomina a eso nube. Nube? Acaso es algo conocido en este mundo ardiente? Este señor habrá sido abducido por una nube en un remoto pasado antes del calor y la enfermedad y por eso reconoce a la nube.” Las nubes quitan los mocos señor?” pregunto. Las nubes a veces, traen agua y refrescan el mundo como si de un aspersor gigante se tratase. Al menos el señor eso me dice o creo,  porque no le hago ni puto caso cuando la nube /ovni/ aspersor oculta el sol y deja de abrasar.  
Es maravilloso. Se ha comido el sol y todo ha bajado unos grados que hacen que estés bien si no fuese por los mocos, garganta, ausencia, celibato y la piedra que se ha metido entre los dedos de las chanclas.
Para mi está vetado el agua, los movimientos continuados, el frío, lo refrescante, todo lo que mola en una ola de calor. Mi rencor crece. Mi piso es una sauna que con fiebre se convierte en un invernadero en mitad del pacífico a las 3 de la tarde. Hace meses que no estoy en él. Así que corro en la sombra de la nube/aspersor/ovni y aunque me ahogo llego a casa para sentarme a escribir esto. De eso hace 20 minutos y la nube seguía creciendo hasta un momento antes que ha salido del todo de la montaña. Dentro de poco dejará de ocultar el sol y esta casa con todo lo que contiene se fundirá. Si alguien puede leerme y quiere ayudarme….que venga con lencería fina. Es urgente.

No es cloro todo lo que reluce



Esta ausencia todavía es más penosa de llevar que las anteriores. A la ausencia de “M” tengo que añadir la enfermedad con todo lo que conlleva; estado febril, desgana general, cansancio, odio a la humanidad, tos seca, tos húmeda, odio en particular (..) Y además, a estos 2 elementos aún les queda por sumar el calor insoportable de estos días. Podría unir todavía más elementos desestabilizadores del karma como la abstinencia, el celibato forzoso….pero no lo haré porque parece que solo me quejo y restaría credibilidad.

Sé que no es una buena aptitud, pero cuando veo a todo el mundo disfrutando de la piscina (caminando, jugando al tenis, no tosiendo, bañándose, fumando, riendo o en bici me da envidia. Envidio su salud, su capacidad pulmonar y la ausencia de flemas / mocos en sus vías respiratorias. Ellos no tienen sudores fríos ni espasmos de escalofríos a 40º que estamos. Ellos son felices jugando con sus parejas, pasando calor simplemente y respirando sin dolor de cabeza. Y cuando tienen mucho calor se acercan hasta la piscina y se zambullen en un agua desinfectantemente deliciosa, fresca, cristalina y químicamente maravillosa. Me consuelo con fantasear de vez en cuando que soy el portador de un virus y que lo propago a todo el mundo. Sé que es un catarro que no lo puedo contagiar pero me reconforta pensar en una piscina llena de gente tosiendo como yo. Ni siquiera puedo pasarlo a mis más próximos pese a mis intentos! Todos mis esfuerzos no conducen a nada; toso en las cañas de la gente cuando se las acerco, mi respiración enferma enfocada al café o mi cucharilla usada limpia de nuevo en otro café….Infructuosos todos mis intentos.

Pensaba que ser un súper-villano sería más fácil. Solo necesitaba un plan y lo tenía: infectar al mundo. Me faltaba un nombre guay que asustase. “Doctor virus” “Mr Fleman” o “Capitán Salicílico” me gustaban aunque el que me encantaba era “Dr. Doom” que ya estaba pillado. Cuando todo el mundo comenzase a toser aparecería riéndome en un campanario de iglesia o un sitio parecido que impactase al personal. Mi tos atemorizaría al mundo entero. Pero no es fácil ser un villano sin enchufes de ningún tipo ni carnés de partidos ni seamos francos; capacidad. Para ser un villano hay que estudiar mucho y no tengo tiempo.


Opción 2. No puedo sembrar el caos y la plaga a mi alrededor pues se rentabiliza dando pena de alguna manera. Llego a un sitio y toso con cara de sufrimiento. Explicaciones. Me invitan al café. Mi madre me hace comidas guay y me da caprichos como natillas y coca-cola. Cara de melancolía observando a alguien fumar. Por uno no pasa nada hombre te dice mientras te alarga un pitillo. Pequeñas cosas que hacen que tu estado sea ligeramente llevadero. 

jueves, 2 de julio de 2015

Presencias



Me siento observado en las ausencias. No es una vigilancia biológica creo, es más etérea que todo eso. Al principio pensé que era Colette pero enseguida lo descarté. Ella es más de gatos que de espiar. No presta una atención fija en nada que no maúlle. Espía a los gatos callejeros y no deja de mirar a “M” ni un minuto cuando está cerca. Yo también lo hago aunque solo veo fisionomía femelina la verdad. En fin…Cierro contraventanos, corro cortinas y apago las luces. Y aun así, sigo teniendo esa sensación extraña. A veces oigo ruidos mecánicos. Son débiles, monótonos y de corta duración. Es una presencia que me acompaña. Será un espíritu?
Ahora mismo no dejo por mirar encima del hombro. Hace un momento he estornudado 2 veces seguidas y una pelota de tenis me ha golpeado la cabeza. Ayer puse música industrial a toda castaña mientras me dedicaba a labores domésticas cuando una lámpara cayó a mi paso. Creo que tendré que exorcizar la casa o algo de eso para que no vaya a más y acabe succionado por la tv. No querría acabar en tele5 en “Supevivientes” o “ Salvame” rodeado de toreros, tonadilleras o personajes aterradores de esos que tipo la prima del portero de la amante del torero que se liaba con Falete. He bajado al garaje y mirado si la casa estaba  construida encima de un cementerio indio. He encontrado una pluma pero no es concluyente.
Me centraré en los ruidos, puede que sean fruto de arrastrar cadenas por el suelo en una dimensión paralela. Sudo bastante; 35 graditos en la casa. Me llaman al móvil y una voz femenina me pregunta por Juán. En ese momento oigo un pitido en el teléfono. Acto seguido suena un motorcillo y el chasquido de un resorte momentos antes de que una maceta salga disparada contra mí. Ya estoy llamando a un cura para que bendiga la casa y a mi madre para irme a su casa cuando veo en el lugar de la maceta un artilugio mecánico. De él sale un cable que oculto entre montoncitos de ropa, bajo cajas de botas y  zapatos de tacón recorre la habitación hasta una caja (camuflada en un bolso de diseño)de enlace donde hay más terminales.
Trampas?. Sigo cables que acaban en cámaras ocultas, resortes, transistores y receptores wi-fii. Me están vigilando no hay duda. Pero la pregunta es quién y por qué?. Si toso, si pongo música alta, si atiendo voces femeninas al teléfono, si eructo, si (..). Será “M” que quiere educarme en su ausencia pienso pero….Su mente femelina no actúa así, es más aprovechar descuidos, el momento. Quién tiene una mente que maquina en tres puntos felinos y por encima de “M”?. Una mente ágil, educada para observar y esperar el momento pero que de momento explota en una furia de garras, rugidos y arañazos. Quién utiliza bolsos de diseño para ocultar cables y hace trampas con botes de crema revitalizante revigorizante con placenta de ñu africano tallados en punta? Quién? Quien escribe con gloss “Te voy a pillar” tras el cristal del secador? Quién es la mente femelina que se esconde tras la batería de proyectiles de cápsulas regeneradoras para pieles luminosas en climas fríos?
Solo puede ser la “hermana”. Corro a su habitación, bajo la cama esquina tocador y rastreo hasta que encuentro un cable que acaba en una terminal conectada a la red. Allí hay restos de ácido hidrofollico para cutículas hidratadas de efecto 35 horas, las marcas de unas garras y restos cristalizados de potito de frutas.
No me has pillado.


miércoles, 1 de julio de 2015

Cloro zombie



Hace calor. “M” me ha relegado a la ausencia en mitad de una ola de calor. A mi alrededor eclosionan cientos de hormigas aladas y bebo. Bebo cientos de litros de agua, de coca –cola, de cualquier líquido que pase por mis manos; cerveza, gasolina, zumo, lo que sea,  me da igual siempre que esté fresco. Monto mi corta-césped y aspiro el calor que sube del motor mientras masco tabaco y saludo a los conocidos que caminan por mi desierto con un gesto tocándome el sombrero tejano de rejilla. Hace calor y tengo sed.
Soy un zombie. Un zombie que se refugia en sus riegos, céspedes y cloros para olvidar la ausencia, el calor, y la abstinencia. Un zombie piscineante que no puede dormir si no ve 1 peli y medía, se lee 2 capítulos de un libro insulso y escucha las cargas de Ney en Waterloo. Mis legañas me impiden ver el sol levantándose amenazador por Erata. Los zombies sueñan con nubes. Soy un zombie en mitad de una ola de calor y con síndrome de abstinencia. Una abstinencia atroz que te llena los hemisferios cerebrales de visiones y espejismos. Entras a mirar el cloro y sabes que lo que ves no es cierto, que es fruto de la reflexión de la luz en el agua y tus receptores del cortex cerebral dañado. Sabes que donde deberías ver un documental de Costeau estás viendo la mansión Playboy. Aquello que ves con tus globos oculares de zombie como Miss Febrero en realidad podría despedazarte en un momento si se sintiese amenazada, si observase violado su espacio de caza o si se excitase.
El sol es abrasador en su plenitud. Bebo todo lo que puedo. La gente grita cuando salta a la piscina. Las madres gritan a sus polluelos cuando se acercan a la piscina. Los niños gritan a las madres cuando los sacan del borde de la piscina. El socorrista grita, un padre grita, el mundo grita. Yo soy un zombie y paso por encima de los gritos hasta mi cubil en las entrañas de los gritos y de los chapuzones. Es la entrada al mundo secreto de los zombies piscineantes. La humedad, las arañas y el ruido de las máquinas me hacen olvidar la ausencia. Este es mi mundo y este castillo mi hogar mientras dura la ausencia. Aquí no hay moscas, las arañas atrapan todo lo que se cuela con sus telas. Aquí no hay un calor asfixiante y no existe fregadera ni lavadora ni hay montones de ropas, ni se ve la suciedad en el suelo, ni (…) Aquí me siento bien. Es mi cripta con tierra transilvana. A veces se cae alguien dentro y puedo comer, mitigar mi hambre. Podría solucionar lo de la abstinencia pero soy fiel en la ausencia. 



deiqfhfehhfhder por la mañana



 “M” se fue ayer y me dejo la pesada carga que soporto desde entonces. He aprendido bastante sobre mí en este periodo. He vivido situaciones difíciles. Yo…he visto cosas que vosotros no creeríais; atacar mugrientas naves más allá de Mistol. He visto suavizante Flor brillar en la oscuridad cerca de la puerta maloliente de Tannhauser. Todos esos momentos….se perderán…en la ausencia… como copos de nieve en la lluvia. Es hora de limpiar. O…no?.
No. Definitivamente no es el momento. He seguido el manual operacional del mantenimiento de la flota imperial a rajatabla y sigo luchando para no caer del todo en el síndrome de Oslo. Este no es  el de Estocolmo, es un síndrome escandinavo en cualquier caso pero no empatizas con tus captores. En este síndrome tus captores no están y más que captores son alejadores.
La ausencia y sus consecuencias me convierten en un zombie. No duermo apenas así que cuando me levanto arrastro los pies y no articulo palabra alguna. Me sale un hilillo de voz “mjfdha” con mirada perdida al infinito si me cruzo con alguien en la calle a las 7 a.m. Saco las llaves y se me caen en la misma puerta en el mismo momento a la misma hora. “hjdsghsñsdiol” balbuceo al recogerlas y “jhfjhgsnbo!!!” cuando me salpica el mismo grifo de agua helada al llenar el clorador o cuando tiro el robot al agua. El sol baña mi rostro y hiere mis ojos porque se me han olvidado las gafas y el agua refleja la luz y mi silueta de zombie currante a las 8:15. Arrastro mis pies y pido café “fhsvbfvfe” con una gota de leche “fnmdnfche”. Mis niveles de cafeína se van equilibrando y voy articulando palabras más audibles y articuladas. Poco más la verdad. El calor aumenta y con él los insectos. En mi condición de zombie a las moscas les encanto así que me acompañan mientras camino en busca de algún cerebro para almorzar. Zumban alrededor cuando trato de atrapar a una solitaria mujer en el jardín de los columpios. Es rápida y se me escapa. Los zombies somos lentos, tropezamos y gemimos con los brazos alzados y las moscas revoloteando alrededor. Los vivos se nos escapan siempre. Las vivas también. Es una vida muy frustrante la del zombie. No nos comemos un cerebro, no nos comemos un rosco..
Cuando acabo mis tareas de zombie piscinero  aprovecho mi condición (más de piscinero que de zombie) y me doy un baño. Eso alejará las moscas y puede que me despabile un poco más. Puede que gane movilidad. Puede que consiga atrapar a alguien.
Hace calor en la casa; ha empezado el verano. Las hormigas aladas eclosionan, las moscan revolotean, los pájaros cantan y las nubes se levantan. La vida de zombie está llena de insectos. Arrastro los pies mientras busco mi cerebro.