Me siento observado en las
ausencias. No es una vigilancia biológica creo, es más etérea que todo eso. Al
principio pensé que era Colette pero enseguida lo descarté. Ella es más de
gatos que de espiar. No presta una atención fija en nada que no maúlle. Espía a
los gatos callejeros y no deja de mirar a “M” ni un minuto cuando está cerca.
Yo también lo hago aunque solo veo fisionomía femelina la verdad. En fin…Cierro
contraventanos, corro cortinas y apago las luces. Y aun así, sigo teniendo esa
sensación extraña. A veces oigo ruidos mecánicos. Son débiles, monótonos y de
corta duración. Es una presencia que me acompaña. Será un espíritu?
Ahora mismo no dejo por mirar encima
del hombro. Hace un momento he estornudado 2 veces seguidas y una pelota de
tenis me ha golpeado la cabeza. Ayer puse música industrial a toda castaña
mientras me dedicaba a labores domésticas cuando una lámpara cayó a mi paso. Creo
que tendré que exorcizar la casa o algo de eso para que no vaya a más y acabe
succionado por la tv. No querría acabar en tele5 en “Supevivientes” o “ Salvame”
rodeado de toreros, tonadilleras o personajes aterradores de esos que tipo la
prima del portero de la amante del torero que se liaba con Falete. He bajado al
garaje y mirado si la casa estaba
construida encima de un cementerio indio. He encontrado una pluma pero
no es concluyente.
Me centraré en los ruidos, puede
que sean fruto de arrastrar cadenas por el suelo en una dimensión paralela.
Sudo bastante; 35 graditos en la casa. Me llaman al móvil y una voz femenina me
pregunta por Juán. En ese momento oigo un pitido en el teléfono. Acto seguido
suena un motorcillo y el chasquido de un resorte momentos antes de que una maceta
salga disparada contra mí. Ya estoy llamando a un cura para que bendiga la casa
y a mi madre para irme a su casa cuando veo en el lugar de la maceta un artilugio
mecánico. De él sale un cable que oculto entre montoncitos de ropa, bajo cajas
de botas y zapatos de tacón recorre la
habitación hasta una caja (camuflada en un bolso de diseño)de enlace donde hay
más terminales.
Trampas?. Sigo cables que acaban
en cámaras ocultas, resortes, transistores y receptores wi-fii. Me están
vigilando no hay duda. Pero la pregunta es quién y por qué?. Si toso, si pongo música
alta, si atiendo voces femeninas al teléfono, si eructo, si (..). Será “M” que
quiere educarme en su ausencia pienso pero….Su mente femelina no actúa así, es
más aprovechar descuidos, el momento. Quién tiene una mente que maquina en tres
puntos felinos y por encima de “M”?. Una mente ágil, educada para observar y
esperar el momento pero que de momento explota en una furia de garras, rugidos
y arañazos. Quién utiliza bolsos de diseño para ocultar cables y hace trampas
con botes de crema revitalizante revigorizante con placenta de ñu africano
tallados en punta? Quién? Quien escribe con gloss “Te voy a pillar” tras el
cristal del secador? Quién es la mente femelina que se esconde tras la batería de
proyectiles de cápsulas regeneradoras para pieles luminosas en climas fríos?
Solo puede ser la “hermana”.
Corro a su habitación, bajo la cama esquina tocador y rastreo hasta que
encuentro un cable que acaba en una terminal conectada a la red. Allí hay
restos de ácido hidrofollico para cutículas hidratadas de efecto 35 horas, las
marcas de unas garras y restos cristalizados de potito de frutas.
No me has pillado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario