viernes, 25 de noviembre de 2016

Viva "x" e "Y" !!!



El amor es peligroso hoy en día. Si estás enamorado es algo parecido a ser un creyente católico. A buen seguro que te señalan por la calle y cuchichean a tus espaldas convirtiéndote en un apestado de la sociedad. Por eso hoy en día, en pleno siglo 21, todavía hay parejas que llevan su amor en secreto y que justifican su relación con superficiales comentarios  exculpatorios. “Me tiene la casa limpia cuándo vengo cansada de trabajar” “No os imagináis la mano que tiene para el estofado la cabrona…” o el famoso “Buuuffff una loba en la cama... Se me come por lo pies (cuando tiene el lomo caliente)”. Frases que son utilizadas para trivializar esa realidad de amor y complicidad entre 2 personas de diferente sexo. Un discurso que da una patina de normalidad y pragmatismo alejado de sentimientos más hondos y ancestrales que nacen desde las entrañas mismas.
Me costó mucho llegar al fondo de esta trama. Fueron semanas de pesquisas y sobornos para confirmar algo que ya sabía. En realidad parecían una pareja normal. Él, alto porte, hidalgo de los de monedas en casillero, fidelidad (rojiblanca) antigua, tobillo flaco y galgo corredor. Guapo por cierto; traje y corbata y flequillo solido. Profesional y emprendedor. Ella, estilizada, cabello dorado y coqueta. Un alarde de virtudes femeninas y todo un carácter. Mucha mujer decían algunos…
Fue una historia de amor desde el primer momento. Se justificaban diciendo que estaban muy lejos de su casa, la soledad y el carácter montañés les daban vulnerabilidad (él) o que era algo pasajero, instinto animal y la búsqueda de una cena caliente al llegar a casa (ella). En el fondo era atracción sincera y platónica, desinteresada y urgente. Salvaron escollos para mantenerse unidos en esa tormenta que es el amor como Hugo Silva, la distancia, el paracetamol homeoprazol (..) ruidos esporádicos y hábitats nuevos. Superaron juntos la enfermedad (celiaquía) y la pobreza (algún tratamiento de belleza). Y su amor se asentó. Se hizo fuerte y dejó de ser rápido (lo que eran 9 meses se convertían en 5) y sumido en una  vorágine continua.
Y él, enamorado, quería asentar esto; dar otro paso porque lejos de esa apariencia distante, atareada siempre, respiraba amor. Ella, digna e impasible en su papel, rechazaba el ofrecimiento de ése símbolo que es el matrimonio. Los “Y” siempre pagan sus deudas y al final cumplió con los dictados de su corazón y cambió su capa con “X”.
El señor “X” salió de su oficina (pto B) a las 17 horas, con una velocidad constante de 20 m/sg a recoger a la Sñra “Y” (pto B) a una distancia de 1,7 Km. Si sabemos que se casaron a las 18 horas a una distancia del punto B de 2,6 Km…despejar las incógnitas no sería muy difícil.
Así me lo explicaron a mí, con esta ecuación que disimula la realidad del amor. También me expusieron otras ecuaciones tipo de si tengo x y me desgravo x-y, rentabilizo –y (deduciendo anillos, rosas rojas y tele-pizza matrimonial) en un 10%. También me incluyeron  la máxima femenina de si lo dejo me llevo hasta el abono del Calderón para que sonase a triunfo debajo de la capa y las consabidas frases de “no es x nosotros” o “esto no cambia nada”.
Lo cierto que la urgencia del amor les llevó a olvidarse de violinistas y alcobas con pétalos de rosas, burbujas en copas de cristal fino y lencería de raso. A mí no me engañáis…os gustáis…y además te he pillaaaao. Eso sí, no digo nada.


2 comentarios:

Miripir dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Miripir dijo...

Y con Paulo y Mari Carmen, ignorantes de la azaña, los vimos cruzar el umbral ; a ella sonriente en los brazos de él, y a él risueño también y mascullando los dos a la vez- el mal ya está hecho, José Francisco-